“Rosalía lanza LUX y agita los cimientos de la música contemporánea”

13.11.2025

El nuevo álbum de la artista catalana plantea una síntesis entre lo humano y lo tecnológico en plena transformación de la industria musical

La música del siglo XXI atraviesa una mutación profunda. La omnipresencia de la inteligencia artificial, la automatización sonora y la producción digital han redefinido no solo cómo se crea música, sino también cómo se percibe. En medio de esta saturación algorítmica, el lanzamiento de LUX, el nuevo álbum de Rosalía, irrumpe como un gesto estético y simbólico que invita a repensar el rumbo de la industria.

Más allá del impacto comercial, LUX propone una estética que se aleja del exceso de procesamiento electrónico y recupera la dimensión acústica, orquestal y emocional de la música. En lugar de competir con la perfección técnica de las máquinas, Rosalía reivindica la vulnerabilidad como valor artístico: la voz sin filtros, el error como textura, la emoción como centro.

Este giro no es aislado. Históricamente, los ciclos de experimentación radical —como la música concreta o la electroacústica— han sido seguidos por retornos a lo orgánico. Hoy, frente a la producción musical generada por IA, emerge una nueva sensibilidad que valora lo irrepetible, lo imperfecto, lo humano.

LUX se inscribe en lo que algunos críticos ya denominan "neosinfonismo popular": una corriente que fusiona la profundidad instrumental de la música clásica con la diversidad de los géneros contemporáneos. En este espacio, el flamenco convive con la electrónica, la lírica con lo experimental, y los géneros dejan de ser compartimentos estancos para convertirse en atmósferas híbridas.

Más que una ruptura, el álbum de Rosalía refleja una transición: la tecnología deja de ser protagonista para convertirse en herramienta al servicio de la emoción. En un tiempo donde cualquier sonido puede ser replicado por una máquina, la autenticidad se convierte en el último territorio verdaderamente humano.