Santander vibra con el hechizo coreográfico de Ravel en una velada de música y pasión
Santander se viste de gala: juventud, maestría y homenajes en el arranque del Encuentro de Música y Academia
Con el telón alzado y la música resonando desde los valles cántabros hasta las costas veraniegas, comenzó una nueva edición del Encuentro de Música y Academia de Santander, uno de los hitos culturales más esperados del verano. Esta vez, el arranque del festival rindió tributo al compositor Maurice Ravel en el 150º aniversario de su nacimiento, marcando así un inicio tan simbólico como emotivo.
Los nuevos directores artísticos, la pianista húngara Márta Gulyás y el español Luis Fernando Pérez, asumieron el liderazgo de esta vigésima cuarta edición con una apuesta clara: apostar por la excelencia joven. Más de un centenar de jóvenes talentos, seleccionados personalmente de diversas partes del mundo, se dieron cita en Cantabria para empaparse del saber de grandes maestros y compartir su arte con un público ávido de emociones musicales.
🎻 El poder de la primera vez
La Orquesta Sinfónica Freixenet, compuesta por estos jóvenes virtuosos, demostró que las primeras veces tienen un brillo irrepetible. Desde el primer ensayo hasta el gran concierto inaugural, se palpaba la energía de quienes comienzan a descubrir la profundidad del oficio musical. Bajo la batuta de Péter Csaba, figura respetada en el panorama internacional, los músicos encontraron no solo dirección artística, sino también un modelo de pasión y constancia.
🎶 Un programa que abraza la tradición y la imaginación
La velada inaugural ofreció un viaje por dos gigantes del repertorio clásico: Johannes Brahms y Maurice Ravel. La interpretación de la Tercera Sinfonía del compositor alemán, cargada de fuerza y melancolía, contrastó delicadamente con la elegancia impresionista de piezas como Pavana para una infanta difunta y La Valse. El resultado fue una noche de contrastes emocionales y refinamiento técnico.
Y esto es solo el comienzo. El Encuentro continuará desplegando una paleta musical diversa, desde obras poco conocidas de compositoras como Rebecca Clarke y Sofia Gubaidulina hasta rarezas de George Crumb o Heinz Holliger. Una muestra clara de que este festival no solo celebra el pasado, sino que da espacio al presente y al futuro de la creación musical.
